jueves, 19 de marzo de 2015

Algunas maravillas bachianas

Hoy os traigo dos fugas del Clave Bien Temperado, del maestro Bach.

El Clave Bien Temperado es un conjunto de obras en el que cada par de ellas (un preludio y una fuga) utiliza cada una de las tonalidades existentes, empezando por Do mayor, seguida de Do menor, Do # mayor, Do # menor, Re mayor, Re menor y así sucesivamente hasta finalizar la escala cromática, tanto en modo mayor como en menor. Y eso sólo el primer libro, porque en el segundo se hace exactamente lo mismo pero con obras nuevas. Por tanto, en cada libro tenemos un total de 48 obras, entre preludios y fugas.

Un preludio, según la RAE, es una "composición musical de corto desarrollo y libertad de forma, generalmente destinada a preceder la ejecución de otras obras", lo cual se ajusta bastante bien a la estructura de estos preludios del Clave Bien Temperado.

Pero a mí lo que verdaderamente me fascinan son las fugas. Este tipo de composición se basa en la repetición constante de un mismo tema transportándolo en primer lugar a la dominante y posteriormente en diferentes tonos a gusto del compositor. Normalmente suelen tener cuatro voces, y se rigen por las reglas del contrapunto, del cual Bach es el maestro. Por tanto, es una música muy densa y en ocasiones pesada.  

Pero los ejemplos de hoy, en mi opinión, son muy entretenidos, y es que utilizan el radiante modo mayor prácticamente en todo momento y, por tanto, son de carácter optimista.

Por último solamente decir que el próximo día os hablaré de otra maravilla, pero en este caso mozartiana, el famosísimo Réquiem en Re menor, donde encontraremos más ejemplos de fugas (la sublime doble fuga del Kyrie eleison entre otras) y del estilo contrapuntístico en general, todo ello sumergido como veremos en una atmósfera dramática que nos recuerda en todo momento el cometido de esta obra, una misa de difuntos.