Hoy os voy a hablar de uno de los más grandes compositores que ha habido y uno de mis favoritos, el veneciano Antonio Lucio Vivaldi (1678-1741), conocido en aquella época como Il prete rosso, por ser sacerdote y pelirrojo, si bien fue criticado por desatender a sus labores clericales para ocuparse de lleno en la que era su verdadera vocación y pasión: la música. Prueba de ello es la ingente producción musical del prolífico genio, que cuenta en su haber con 447 conciertos y 46 óperas, sumando un total de 770 obras.
Vivaldi nace en Venecia en 1678. En 1703 se ordena sacerdote, y al año siguiente consigue que se le dispense de dar misa alegando problemas respiratorios, y es nombrado maestro de violín del Orfanato de la Piedad, institución dedicada a la formación musical de muchachas huérfanas. Fue allí donde Vivaldi compuso e interpretó con su orquesta femenina algunas de sus colecciones de conciertos más famosas, como L'Estro Armonico y La Stravaganza, trabajos que le otorgaron fama por todo el territorio italiano y otros países. De hecho, su obra concertística influyó notablemente en los conciertos de su contemporáneo Johann Sebastian Bach, quien transcribiría algunos de los del italiano.
Asimismo de su biografía cabe destacar su intensa dedicación al género de la ópera, otro aspecto por el que fue criticado, ya que no se consideraba adecuado que un clérigo prestara más atención a la vulgaridad del espectáculo que a sus tareas espirituales de sacerdote. Algunas de sus óperas más célebres son Orlando furioso, Armida al campo d'Egitto, Tito Manlio y L'Olimpiade.
Como anécdota, cabe señalar la controversia que hubo en torno a la posibilidad de que tuviera una relación amorosa, a pesar de su condición de sacerdote, con la soprano Anna Girò, aunque él lo desmintió afirmando que sólo había amistad y una relación profesional.
Por último, para ilustraros un poco a cerca de la música de este célebre compositor, os propongo el siguiente vídeo que he subido a mi canal, donde se recogen algunas de sus obras, tanto instrumentales como vocales. ¡Espero que os guste!
Aquí os traigo la segunda entrega de mi selección de arias y coros de cantatas de J. S. Bach. Como ya dije en la anterior entrada, mi objetivo es divulgar un poco la obra de uno de los más grandes músicos de la historia. Una vez más he escogido movimientos de cantatas atendiendo a dos criterios: mi gusto personal y el nivel de relevancia de las obras.
Por ejemplo, he recogido el famosísimo coral "Jesu bleibet meine freude" (Jesús sigue siendo mi alegría) de la cantata "Hertz und mund und tat und leben" (El corazón y la boca, los actos y la vida) BWV 147, o el majestuoso coro "Wachet auf, ruft uns die stimme" de la cantata BWV 140. A mí personalmente me gustan mucho también el enérgico dúo que abre el vídeo, de la cantata BWV 60, y el alegre coro "Es ist dir gesagt, Mensch, was gut ist" (Él te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno) de la cantata BWV 45.
Lista de movimientos seleccionados:
Dúo para contralto y tenor de la cantata "O Ewigkeit, du Donnerwort" BWV 60
(min. 0:00)
Coro "Wachet auf, ruft uns die stimme" (Despertad, una voz os llama), de la cantata BWV 140
(min. 4:03)
Coral (tenor): "Zion hört die Wächter singer" de la cantata BWV 140
(min. 13:44)
Coro: "Sie werden euch in den Bann tun" (Os expulsarán de las sinagogas) de la cantata BWV 44
(min. 19:43)
Aria para alto: "Lobe den Herren, der alles so herrlich regieret", de la cantata BWV 137
(min. 24:18)
Coral "Wer an ihn gläubet" de la cantata BWV 68
(min. 28:28)
Coro "Es ist dir gesagt, Mensch, was gut ist" (Él te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno) de la cantata BWV 45 (min. 31:08)
Recitativo y arioso para soprano: "Wie teuer sind des heilgen Mahles Gaben" de la cantata BWV 180
(min. 37:06)
Aria para bajo: "Ich will von Jesu Wundern singer" de la cantata BWV 147
(min. 40:56)
Coral "Jesu bleibet meine Freude" (Jesús sigue siendo mi alegría) de la cantata BWV 147
Buenos días. Hoy os traigo una selección que he hecho de movimientos de cantatas de Bach con el objetivo de dar a conocer la música de este gran compositor. He escogido algunas de las que más me gustan, pero de todas maneras, aún me queda mucho por descubrir de las cantatas de Bach, puesto que hizo la friolera de 200.
Sin duda, algunas de estas cantatas constituyen auténticas obras maestras de la música, tanto desde el punto de vista técnico, estético así como emocional. Y es que Bach consigue penetrar en lo más profundo del espíritu, con obras como el tempestuoso coro "Meine Seel erhebt den Herren" de la cantata BWV 10 y el aria que le sigue, o el exultante coral final "Wann soll es doch geschehen" del oratorio BWV 11. ¡Cuánta pasión hay en esa música!
A continuación tenéis una lista con los movimientos que aparecen en el vídeo y el minuto en el que empieza cada uno, para que podáis verlo de poco en poco o escuchéis las que más os llamen la atención.
Aria para soprano "Mein gläubiges Herze" de la cantata BWV 68 (min. 0:00)
Coro "Lobe den Herren" de la cantata BWV 137 (min. 4:10)
Aria para tenor "Ermuntre dich: dein Heiland klopft" de la Cantata BWV 180 (min. 7:34)
Coro "Hertz und mund und tat und leben" de la cantata BWV 147 (min. 13:30)
Coro "Meine Seel erhebt den Herren" de la cantata BWV 10 (min. 17:35)
Aria para soprano"Herr, der du stark und mächtig bist" de la cantata BWV 10 (min. 21:19)
Aria para alto "Wohl euch, ihr auserwählten Seelen" de la cantata BWV 34 (min. 28:20)
Coro "Lobet Gott in seinen reichen" del oratorio BWV 11 (min. 34:42)
Aria para bajo "Gewaltige stösst Gott vom Stuhl" de la cantata BWV 10 (min. 39:30)
Coral "Wann soll es doch geschehen" del oratorio BWV 11 (min. 42: 28)
Hoy os traigo una selección de las que para mí son grandes obras del estilo concertante, de la mano de tres gigantes de la música clásica: J. S. Bach, W. A. Mozart y L. van Beethoven.
La forma concierto en música clásica es básicamente aquélla en la que un instrumento solista tiene el protagonismo y es acompañado por la orquesta. Estos dos elementos, solista y orquesta, se van alternando o suenan simultáneamente. El instrumento solista copa toda la atención del público, el cual juzgará su capacidad técnica y el virtuosismo de su intérprete. Es tal la importancia del solista que él es el que da nombre al concierto (por ejemplo, en los Conciertos para piano y orquesta de Mozart el piano es el solista).
Sin embargo, las características del concierto varían enormemente según la época y el estilo. De esta manera, elconcierto barroco presenta por lo general una textura polifónica densa, en la cual orquesta y solista tienen similar importancia, mientras que el concierto clásico está diseñado expresamente para que el solista demuestre su virtuosismo y su capacidad de improvisación con total libertad e independencia. Es el caso de los Conciertos para piano y orquesta de Mozart,donde en numerosas ocasiones Mozart no dejó partitura en la cadencia*, la cual debía ser compuesta o improvisada por el solista.
Hoy os voy a hablar de la gran obra maestra (y póstuma, como veremos) de Mozart, su famosísimo Réquiem en Re Menor K 626. Se trata, pues, como bien sabéis, de una monumental misa de difuntos que Mozart compuso en la última etapa de su vida. De hecho, murió sin acabarla, pero mientras agonizaba le dio indicaciones a su discípulo Süssmayr de cómo concluirla. Este músico completó el Sanctus, el Benedictus, el Agnus Dei y el Lux aeterna, y retocó la orquestación de toda la obra donde Mozart no había indicado nada.
En efecto, Mozart trabajaba en esta obra mientras una tremenda enfermedad le aquejaba. Sentía escalofríos, se le hincharon las manos y los pies, y estaba medio paralizado. Pero él seguía sacando fuerzas, si bien con poco entusiasmo, para continuar con el Réquiem. Sin embrago, el dolor del joven músico cesaría pronto. Mozart expiró el 5 de diciembre de 1791, a los 35 años de edad.
Paradójicamente, este encargo se había convertido en su propio réquiem, aunque sólo de manera simbólica, porque, como todos sabemos, Mozart fue enterrado en una fosa común, sin ninguna ceremonia ni nadie presente más que los sepultureros.
Manuscrito de Mozart
A continuación, voy a explicar cada parte de la obra.
Esquema:
Introitus: Requiem Aeternam (coro y soprano)
Kyrie Eleison (coro)
Sequentia:
Dies Irae (coro)
Tuba Mirum (soprano, contralto, barítono y tenor)
Rex Tremendae (coro)
Recordare, Pie Jesu (soprano, contralto, barítono y tenor)
Confutatis Maledictis (coro)
Lacrimosa Dies Illa (coro)
Offertorium:
Domine Jesu (coro, soprano, contralto, barítono y tenor)
Hostias (coro)
Sanctus:
Sanctus (coro)
Benedictus (coro, soprano, contralto, barítono y tenor)
Agnus Dei (coro)
Communio: Lux Aeterna (coro)
Introitus: Requiem aeternam. Ya desde el principio queda latente el carácter pesimista y desolador que marcará toda la obra. Una inquietante sucesión de acordes partidos es interpretada por las cuerdas, mientras el viento ejecuta una frase oscura y fluida. La tensa tranquilidad se quiebra con la irrupción de los trombones, y el coro empieza a recitar una polifonía a cuatro voces en forma fugada (inicialmente) bajo las palabras: Requiem aeternam dona eis Domine. Le sigue la frase homófonica Et lux perpetua luceat eis, súplica solemne que arroja un tímido halo de esperanza entre tanta penumbra. Tras una breve cadencia, la soprano canta en solitario la bella melodía Te decet hymnus. Interviene de nuevo el coro en pleno con la intensa polifonía Exaudi, donde se van alternando las diferentes voces mientras la orquesta ejecuta unos brillantes acordes en si bemol mayor. Una nueva cadencia nos conduce a una polifonía donde se recurre a elementos ya usados. Las voces graves cantan el tema Requiem aeternam, cuyo contratema, Dona eis, es recitado por las agudas, hasta que se intercambian los papeles. Desembocamos nuevamente en la frase Et lux perpetua, esta vez con un acompañamiento más complejo que nos anuncia la conclusión.
Kyrie. Monumental fuga a cuatro voces, que toma prestado un tema de Händel. El tema utiliza las palabras Kyrie eleison (Señor ten piedad), y el contratema la locución Christe eleison (Cristo ten piedad). Durante esta fuga, Mozart utiliza diversos recursos contrapuntísticos, a saber:
Imitación. Por ejemplo, usa el stretto, que consiste en introducir el tema en una voz cuando está aún sonando ese mismo tema en otra voz. Es decir, usar el mismo tema en diferentes momentos de tal forma que empieza en una voz cuando todavía no ha acabado en otra. Pueden estar en distintos tonos.
Modulaciones. Algunos recursos para cambiar de tonalidad son los siguientes:
Respuesta, que consiste en usar primero un tema en un tono, y luego transportarlo a la dominante.
Frases de transición: puentes modulantes, frases cadenciales, codettas.
Variaciones rítmicas y melódicas de los temas. Por ejemplo:
Alargamiento o disminución de la duración del tema.
Inversiones melódicas.
Recursos armónicos.
Uso de contratemas o de temas secundarios para enriquecer armónicamente al tema.
Uso de progresiones.
Dies Irae.Dramático pasaje donde el amenazador grito del coro nos advierte del terror que sacudirá el mundo el día del juicio final:
Dies irae, dies illa solvet saeclum in favilla teste David cum Sibyla Quantus tremor est futurus Quando judex est venturus Cuncta stricte discussurus
Día de ira, aquel día,
en el que el mundo quedará reducido en cenizas,
según los oráculos de David y la Sibila.
Cuánto terror habrá,
cuando el juez venga,
para juzgarnos estrictamente.
Tuba mirum. Un trombón anuncia el tema, imitado inmediatamente por el bajo, y serán acompañados por la orquesta según el estilo concertante. Ahora intervienen sucesivamente el tenor, la contralto y la soprano hasta fundirse las cuatro voces en un radiante cuarteto.
Rex tremendae majestatis. Un sobrecogedor unísono de toda la orquesta abre este solemne pasaje, donde la violenta intervención de las diferentes voces del coro y la orquesta crea un todo polifónico de una intensidad arrolladora. Finalmente, este clima de inquietud deja paso a la tímida plegaria Salva me, fons pietatis, desprovista de dramatismo y tímidamente esperanzadora.
Recordare. Admirable polifonía, donde se unen en primer lugar las voces de la contralto y el bajo, luego las de la soprano y el tenor y, finalmente, todas ellas se funden en un bellísimo cuarteto vocal.
Confutatis. Nuevo episodio dramático donde se alternan violencia (tenor y bajo) con serenidad no exenta de inquietud (contralto y soprano).
Lacrimosa. Melancólico pasaje bañado por el sollozo del coro y la orquesta, que concluye con el dramático crescendoAmen.
Domine Jesu. Tenebroso motete contrapuntístico, donde las súplicas del coro (libera animas...) por que las ánimas no caigan en la oscuridad, dan paso al admirable cuarteto solista Sed signifer sanctus Michael, que desemboca en la fuga cromática Quam olim Abrahae.
Hostias. Motete homofónico en el que la serenidad inicial se quiebra con el alarido Hostias. Nueva aparición de la fuga Quam olim Abrahae.
El Sanctus, el Benedictus y el Agnus Dei son de Süssmayr. De estos episodios cabe destacar las brevísimas fugas de Osanna in excelsis, aunque es evidente que la obra de Süssmayer resulta mediocre en comparación con la de su genial maestro Mozart.
Finalmente, para dar coherencia a la obra, Süssmayr recurrió a la música del Introitus y el Kyrie, cambiando la letra por el texto de las secuencias Lux aeterna y Cum sanctis in aeternum. De esta manera concluye la que para mí es la obra más perfecta jamás concebida en la historia de la música.
Hoy os traigo dos fugas del Clave Bien Temperado, del maestro Bach.
El Clave Bien Temperado es un conjunto de obras en el que cada par de ellas (un preludio y una fuga) utiliza cada una de las tonalidades existentes, empezando por Do mayor, seguida de Do menor, Do # mayor, Do # menor, Re mayor, Re menor y así sucesivamente hasta finalizar la escala cromática, tanto en modo mayor como en menor. Y eso sólo el primer libro, porque en el segundo se hace exactamente lo mismo pero con obras nuevas. Por tanto, en cada libro tenemos un total de 48 obras, entre preludios y fugas.
Un preludio, según la RAE, es una "composición musical de corto desarrollo y libertad de forma, generalmente destinada a preceder la ejecución de otras obras", lo cual se ajusta bastante bien a la estructura de estos preludios del Clave Bien Temperado.
Pero a mí lo que verdaderamente me fascinan son las fugas. Este tipo de composición se basa en la repetición constante de un mismo tema transportándolo en primer lugar a la dominante y posteriormente en diferentes tonos a gusto del compositor. Normalmente suelen tener cuatro voces, y se rigen por las reglas del contrapunto, del cual Bach es el maestro. Por tanto, es una música muy densa y en ocasiones pesada.
Pero los ejemplos de hoy, en mi opinión, son muy entretenidos, y es que utilizan el radiante modo mayor prácticamente en todo momento y, por tanto, son de carácter optimista.
Por último solamente decir que el próximo día os hablaré de otra maravilla, pero en este caso mozartiana, el famosísimo Réquiem en Re menor, donde encontraremos más ejemplos de fugas (la sublime doble fuga del Kyrie eleison entre otras) y del estilo contrapuntístico en general, todo ello sumergido como veremos en una atmósfera dramática que nos recuerda en todo momento el cometido de esta obra, una misa de difuntos.